Danzas sinfónicas, op. 45, es una suite orquestal en tres movimientos. Terminada en 1940, es la última composición de Sergei Rachmaninoff. La obra resume la producción compositiva de Rachmaninoff, siendo plenamente representativa de su estilo posterior, más maduro, lleno de armonías cambiantes, enfoque en instrumentos individuales, etc. Las Danzas le permitieron entregarse a una nostalgia por la Rusia que había conocido, tanto como había hecho en la Tercera Sinfonía, así como para resumir efectivamente su fascinación de toda la vida por los cantos eclesiásticos. En el primer baile, cita el tema inicial de su Primera Sinfonía, que a su vez deriva de motivos característicos de la música religiosa rusa. Al final cita tanto el Dies Irae como el canto "Bendito sea el Señor" de su Vigilia nocturna.
