Sonata para piano n.° 28 de Beethoven, op. 101, fue escrito en 1816 y dedicado a la baronesa y pianista Dorotea Ertmann. Tiene una duración de unos 20 minutos y consta de cuatro movimientos. Este trabajo comienza la serie de sonatas del "período tardío" de Beethoven, cuando su música tomó una nueva dirección hacia un reino de libertad y fantasía más personal, más íntimo, a veces incluso introspectivo. En este período había logrado un dominio completo de la forma, la textura y la tonalidad y estaba subvirtiendo las mismas convenciones que había dominado para crear obras de notable profundidad y belleza. También es característico de estas obras tardías incorporar técnicas de contrapunto en la forma de sonata.