A Francis Plante se le atribuye la popularización de las obras para piano de Schumann en Francia. Otro sello distintivo de Planté fueron sus excentricidades: sus conciertos duraban entre tres y seis horas; rara vez ofrecía un programa para su público; y a menudo hablaba al público mientras tocaba, explicando el significado y las dificultades de la música. En 1928, Planté realizó una serie de grabaciones eléctricas para la Columbia Francesa en su casa de Mont-de-Marsan, Francia. Planté y Vladimir de Pachmann son los dos únicos pianistas nacidos en vida de Chopin que realizaron grabaciones eléctricas.