El cuarteto de cuerdas, op. 132, escrito y estrenado en 1825, estaba dedicado al conde Nicolai Glitzin. En realidad, es el decimotercer cuarteto escrito por Beethoven pero el decimoquinto que se publica. El primer movimiento ha sido descrito como una especie de "triple exposición" en lugar del desarrollo estándar de una sonata. Beethoven escribió este cuarteto tras recuperarse de una grave enfermedad que temía que fuera mortal. En los bocetos de Beethoven se encuentra que este rondó estaba originalmente destinado a una conclusión instrumental de su Novena Sinfonía, pero fue abandonado para el final coral que conocemos. Huxley hace amplia referencia a este cuarteto en el último capítulo de Point Counter.
